Vivo peor hoy, y viveré peor mañana.
Te levantas a oscuras, en medio de la noche, para olvidar el sueño que perturba tu mente. Los cristalinos rayos de la luna son capaces de atravesar la más opaca ventana de tu habitación. Topan con tu rostro y lo iluminan. Mientras andas, con un sutil balanceo de pies, hacia ninguna parte, la luna se desvanece detrás de una vertiginosa nube para ocultar su alumbrado rostro. Entonces, llegas al balcón de la habitación y te preguntas por qué te abandonó. Por qué lo único que dilucidaba tu vida se esfumó en apenas siete horas. Por qué lo único que puede darte la vida se dispersó en el horizonte. Por qué lo único que te proporciona ardor se pierde cada día. Y ,repentinamente, encuentras la respuesta...
Eduardo Rodríguez Paniagua
Te levantas a oscuras, en medio de la noche, para olvidar el sueño que perturba tu mente. Los cristalinos rayos de la luna son capaces de atravesar la más opaca ventana de tu habitación. Topan con tu rostro y lo iluminan. Mientras andas, con un sutil balanceo de pies, hacia ninguna parte, la luna se desvanece detrás de una vertiginosa nube para ocultar su alumbrado rostro. Entonces, llegas al balcón de la habitación y te preguntas por qué te abandonó. Por qué lo único que dilucidaba tu vida se esfumó en apenas siete horas. Por qué lo único que puede darte la vida se dispersó en el horizonte. Por qué lo único que te proporciona ardor se pierde cada día. Y ,repentinamente, encuentras la respuesta...
Eduardo Rodríguez Paniagua
Me gustaría que aquellos que lean esta entrada, escribiesen su propia respuesta en un pequeño comentario. En un breve espacio de tiempo escribiré lo que ahora no quiero escribir. Veremos si coincide tu repuesta con lo que ahora yo pienso. Es el mero hecho de divertirnos con el pensamiento, lo que me ha llevado a esta idea.