Nuestro peor enemigo no deja de no ser la muerte.
Benedetti de Sudamérica,
allí se queda.
Benedetti de tu santa tierra,
¿ dónde nos esperas ?
Benedetti nuestro poeta,
ahora nos esperas,
donde la vista no nos llega,
por donde sólo el corazón se cuela.
E.R. Paniagua
Hasta Mañana
Voy a cerrar los ojos en voz baja
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja
para la muerte, que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos, tan pequeño
que a Dios invoco, pero no le pido nada,
con tal de compartir apenas
este universo que hemos conseguido
por malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo
que este mundo de muerte a manos llenas?
Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.
No me digan cuando me despierte.
Mario Benedetti